Según diversos estudios aplicados en nuestro país durante la última década, Chile se encuentra entre los países con menor frecuencia y comprensión de lectura, tanto a nivel mundial como regional. ¿Cuáles podrían ser las causas de estos alarmantes resultados?
Chile es un país que no tiene una cultura lectora arraigada. Así lo demuestran las cifras que arrojan diferentes investigaciones sobre el comportamiento y la competencia lectora de los chilenos.
Por ejemplo, el Estudio Global GfK: Frecuencia en la lectura de libros, realizado en 2017, reveló que sólo el 22% de los chilenos asegura que lee libros todos o la mayoría de los días, mientras que un 4% dice no hacerlo nunca o con poca frecuencia1. Estos porcentajes están muy por debajo del promedio mundial, que es de 59% y 9%, respectivamente.
Asimismo, la última prueba PISA, aplicada en 2015, mostró que Chile tiene mejor comprensión lectora que el resto de los países de América Latina, pero aún así está muy por debajo del promedio de la OCDE2. De hecho, más de uno de cada dos adultos (53,4%) en Chile obtiene resultados por debajo del Nivel 1 de 5 - el más bajo - en comprensión lectora3. Esto significa que tienen dificultades para entender textos largos y complejos, especialmente si el contenido no les resulta familiar.
¿A qué se debe que los chilenos lean poco y comprendan menos? Algunos expertos y jóvenes autores creen que el problema puede empezar en los colegios, donde se les enseña a los niños a leer de forma obligatoria y no placentera4. Además, se les impone una selección de libros que muchas veces no se ajusta a sus intereses ni a su realidad.
La falta de lectura y comprensión tiene consecuencias negativas para el desarrollo económico y social del país, ya que limita las oportunidades y las herramientas de los ciudadanos para participar activamente en la sociedad. Por eso, se hace necesario fomentar una lectura crítica, creativa y diversa, que permita a los chilenos disfrutar de los beneficios y diversidad que ofrece la literatura.